La tecnología también conecta y crea comunidades.
Fue en 2010 cuando se lanzó al público una plataforma que prometía ser una red social para embellecer imágenes, quién nos diría que 8 años después, esta app se convertiría en una comunidad que tiene el gusto de compartir videos e incluso hacer shopping.
Esta plataforma con el paso de los años ha ido evolucionando con la finalidad de brindar la oportunidad a sus Instagramers (usuarios) de crear conexiones con aquello que les enseña, les inspira o simplemente les interesa. Esta comunidad tiene algo en particular, y es la conexión que cada uno de sus usuarios tiene por aquello que ama. Para ello en 2011, la función del conocido #hashtag fue lanzada, esta función ayudaría a los Instagramers a tener un tipo de brújula que los quiaría para encontrar aquello que le gusta.
Esta red social a lo largo de 8 años ha manifestado en diversos medios tecnológicos que su principal interés es el de crear una comunidad donde haya un ambiente sano, un lugar donde los usuarios se sientan seguros y que los conecte solo con las personas que realmente les interesa.
En la actualidad para las agencias de comunicación cada una de las innovaciones que ha desarrollado esta app, ha sido de gran utilidad, porque no solo es una comunidad donde se establecen conexiones por lo que te apasiona, sino también genera vínculos entre lo que buscas y lo que encuentras. Es ahí donde se genera la comunicación, ya no solo entre usuarios sino también entre marcas. Una marca puede encontrar una manera diferente de transmitir su mensaje a través de un Instagramer hacia sus followers, o simplemente una marca puede buscar a su público más afín para crear y conectar con lo que hace y lo que los usuarios de Instagram buscan.
Lo importante de todo esto es la convivencia dentro de una plataforma que día a día va evolucionando de acuerdo con los intereses, gustos y preferencias que cada usuario tiene. Es cuestión solo de compartir y expresar: deseos, gustos o simplemente un día a día.